viernes, 26 de junio de 2009

De un hermano a un hermano, corazón a corazón

Gracias tío F. por regalarme palabras directas del corazón... Gracias tío G., por estar en mi corazón...

TU ROSTRO
A J. G. Quesada
Inmemoriam.
Imagino tu rostro, entre la oscuridad
y la palabra dentro de tus labios.
Remo hasta la almohada, para sentir
el frío que estaciona en tus manos.

De pronto, tu voz cansada me despierta en el corredor,
como aquella música que lleva el viento.
Voy por esta tierra colgado de un ángel que me llama:
Hermano, crece la luz por la puerta, el pájaro alcanzó su
vuelo.

En el corredor, escucho el frío llorar por la ventana
y busco entre los helechos ciegos el verde de tus ojos.
La ausencia me contesta.

Llevo tus manos en cada borde del camino,
mientras el tiempo estrecha la garganta de la luz.
Sé que no estás con nosotros, y tus pasos me despiertan,
y tu recuerdo me aprisiona a cada momento.

Me pregunto, dónde estarán sus pies cansados,
en qué puerto atracarán sus palabras.
Dónde estrechar sus manos
y compartir la sombra de aquel árbol.

Empiezo a conocer al hermano oculto en cada palabra,
y a cada instante veo tu rostro por el río,
que lleva en su cauce este dolor
que no termina en la cumbre.

Liberia. Febrero, 2009

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